domingo, 11 de enero de 2009

La cuesta de enero junto con la crisis obliga a los loperanos a ajustarse más el cinturón.

Tras las fiestas navideñas, toca subir la cuesta más dura y empinada de los últimos años. La coyuntura se agrava ahora por una serie de circunstancias que complican todavía más el camino. El principal problema se llama paro y crisis económica.
Las empresas de Lopera, seriamente "tocadas" por la falta de liquidez del sistema bancario y por el descenso generalizado en los niveles de actividad productiva, están recortando las plantillas, y en algunos casos llevando al cierre. Los bancos siguen sin prestar dinero.
Ante el creciente riesgo de morosidad los bancos y cajas miran con lupa a sus clientes, un recelo que en la mayoría de los casos acaba en negativa. Siguen sin abrir el grifo. Todo esto hace que las empresas no contraten a trabajadores y que la amenaza del desempleo pende en estos momentos sobre buena parte de la población trabajadora de la localidad, una situación que se hará especialmente patente conforme vaya terminando la campaña de recolección de la aceituna y buena parte de los que han encontrado acomodo en el campo busquen tajo en otros sectores.