viernes, 26 de abril de 2013

Los loperanos ya no utilizan la cal para arreglar casas y patios.

Con la llegada de la primavera y el buen tiempo muchos loperanos pintan de blanco las fachadas de sus viviendas. Algunos vecinos llenan incluso de macetas estas fachadas para que tengan un aire andaluz. Pero lo que todo el mundo reconoce es que cada vez se utiliza menos la cal para arreglar casas y patios.

Desde muy antiguo, se sabe que la cal puede destruir los microbios que causan algunas enfermedades. Por eso, hace unos cuatrocientos años, para alejar los peligros de la peste, se ordenó encalar todas las casas de Andalucía.¡Y el resultado fue sorprendente! No sólo se evitó que la enfermedad se extendiera, sino que sus pueblos y ciudades aparecieron ante los ojos de sus habitantes con una belleza oculta hasta entonces.

Además, los andaluces pudieron comprobar que, durante los calurosos días del verano, sus casas permanecían más frescas que antes. La explicación era bien sencilla: el color blanco de los muros no absorbían el calor del exterior. Fue entonces cuando surgió la costumbre de blanquear las casas todos los años.

Es una pena que se pierda la costumbre de encalar las casas por los efectos beneficiosos que tenían para la población. En Andalucía existe una zona que se la conoce por los pueblos blancos, ya que deben su nombre a la costumbre de sus habitantes de encalar frecuentemente las fachadas de las casas.