miércoles, 4 de junio de 2014

La Junta de Andalucía aborda el futuro del sector del algodón con los representantes de las desmotadoras.

Recogida del algodón. Foto: Coag.
La consejera de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, Elena Víboras, ha mantenido una reunión de trabajo con representantes de la Agrupación Española de Desmotadores de Algodón (AEDA) y de la Asociación de Representantes de Desmotadores del Sur (Adesur) para abordar el futuro del sector algodonero.
Las ayudas que se podrán financiar con el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (Feader) y el Fondo Español de Garantía Agraria (Feaga), a través del Programa de Desarrollo Rural (PDR) de Andalucía para los próximos años, ha sido uno de los asuntos analizados en este encuentro. En este sentido, Elena Víboras ha trasladado a los representantes de AEDA y Adesur que la Consejería está estudiando la posibilidad de incluir en el PDR las ayudas agroambientales, las ayudas a la calidad y otros incentivos para la mejora de la competitividad del sector.
La Agrupación Española de Desmotadoras de Algodón (AEDA), presidida por Dimas Rizzo Escalante, se constituyó en 1998 y reúne a cinco de las ocho desmotadoras que funcionana actualmente en España. La Asociación de Representantes de Desmotadores del Sur (Adesur), presidida por Miguel Ángel Molina, fue constituida en 1998.
En la Unión Europea, el algodón se cultiva básicamente en España y Grecia. En el caso de España, Andalucía, con el 99,7% de la superficie, se ha convertido prácticamente la única región productora. Las provincias en las que mayor cantidad de algodón se producen son Sevilla y Cádiz, aunque también se produce, en menor medida, en Córdoba y Jaén.
Las principales zonas de cultivo en la provincia de Jaén se sitúan en Andújar, Marmolejo, Villanueva de la Reina, Mengíbar o Jabalquinto. Las plantaciones en Lopera están situadas en la Vega del Carretero y Vega del Salado. 
Andalucía cuenta con unas 6.300 explotaciones de algodón, con un valor de la producción de 135 millones de euros en 2013 y un valor en exportaciones que alcanzó los 62 millones de euros en 2013.
Se trata, fundamentalmente, de un cultivo de regadío, aunque también se encuentra en algunas zonas de secano. Las elevadas exigencias técnicas, junto con el riesgo de sufrir enfermedades y plagas y la elevada volatilidad de las cotizaciones de la fibra de algodón en los mercados internacionales, hacen que se trate de un cultivo con un alto riesgo en comparación con otros cultivos extensivos.