martes, 27 de febrero de 2018

El Centro de Participación Activa de Mayores de Lopera celebró el Día de Andalucía.

La alcaldesa de Lopera, Isabel Uceda, imparte su charla a los asistentes. Foto: Antonio Marín.
El Centro de Participación Activa de Mayores de Lopera ha celebrado hoy el Día de Andalucía con distintas actividades, en las que se han dado cita numerosas personas. La alcaldesa de Lopera, Isabel Uceda, y la concejal de Servicios Sociales, Mari Carmen Torres, también han participado.
A lo largo de la jornada tuvo lugar una charla coloquio impartida por la alcaldesa Isabel Uceda, lectura de poemas de Miguel Hernández, himno de Andalucía, izada de bandera y cachurrada.
Isabel Uceda desgranó a través de su alocución la vida y obra de Miguel de Hernández. Afirmó que este poeta era de familia humilde, y que tuvo que abandonar muy pronto la escuela para ponerse a trabajar, por lo que es de formación autodidacta. Aún así desarrolla su capacidad para la poesía gracias a ser un gran lector de la poesía clásica española. Forma parte de la tertulia literaria en Orihuela, donde conoce a Ramón Sijé y establece con él una gran amistad.
A partir de 1930 comienza a publicar sus poesías en revistas como El Pueblo de Orihuela o El Día de Alicante. En la década de 1930 viaja a Madrid y colabora en distintas publicaciones, estableciendo relación con los poetas de la época. A su vuelta a Orihuela redacta Perito en Lunas, donde se refleja la influencia de los autores que lee en su infancia y los que conoce en su viaje a Madrid.
Ya establecido en Madrid, trabaja como redactor en el diccionario taurino de Cossío y en las Misiones pedagógicas de Alejandro Casona; colabora además en importantes revistas poéticas españolas. Escribe en estos años los poemas titulados El silbo vulnerado e Imagen de tu huella, y el más conocido El Rayo que no cesa (1936).
Toma parte muy activa en la Guerra Civil española, y al terminar ésta intenta salir del país pero es detenido en la frontera con Portugal.  Condenado a pena de muerte, se le conmuta por la de treinta años pero no llega a cumplirla porque muere de tuberculosis el 28 de marzo de 1942 en la prisión de Alicante.
Durante la guerra compone Viento del pueblo (1937) y El hombre acecha (1938) con un estilo que se conoció como “poesía de guerra”. En la cárcel acabó Cancionero y romancero de ausencias (1938-1941). En su obra se encuentran influencias de Garcilaso, Góngora, Quevedo y San Juan de la Cruz.
 
Asistentes a esta jornada en el centro de mayores de Lopera. Fotos: Antonio Marín.