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viernes, 9 de mayo de 2025

La Junta tendría que plantar casi 30 millones de árboles para compensar el CO2 que dejarán de capturar los 500.000 olivos centenarios que arrancarán.

Fincas de olivar en Lopera. Foto: Antonio Marín.

La Junta de Andalucía tendría que plantar 28,5 millones de árboles para compensar el CO2 que dejarán de capturar el medio millón de olivos centenarios que prevén arrancar, en Jaén y Córdoba, para instalar megaplantas fotovoltaicas. Así lo denuncian las plataformas SOS Rural y Campiña Norte contra las Megaplantas Solares, que se reúnen este martes en Lopera (Jaén) para abordar los procesos de expropiación del Gobierno andaluz para instalar 25 megaplantas en 5.500 hectáreas de olivar en una zona que optó a ser Patrimonio Mundial de la UNESCO. Asimismo, ambas plataformas pretenden entregar este miércoles en Sevilla al presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, más de 20.000 firmas recogidas contra la tala de ese medio millón de olivos centenarios.

Esa cantidad de árboles necesarios para compensar la tala de olivos centenarios contrasta con el anuncio realizado por el propio Moreno, quien aseguró —en noviembre de 2024— que plantaría 1,5 millones de árboles en 2.500 hectáreas repartidas por todo el territorio andaluz para convertir a Andalucía en “referente” y “líder” en España en la compensación de emisiones de CO2. “Es contradictorio hablar de descarbonización y de vocación medioambiental mientras arrasas con árboles con siglos de antigüedad, los mayores sumideros naturales de carbono que existen, para sustituirlos por hierros y cristal”, reflexiona Natalia Corbalán, portavoz nacional de SOS Rural. De este modo, un árbol recién plantado apenas absorbe entre 10 y 30 kilogramos de CO2 de media al año —según la Fundación Aquae—, frente a la captura de 570 kilogramos de CO2 al año de un olivo centenario —según los datos de la Universidad de Jaén y la Cátedra AOVES de Jaén—.

Este sinsentido medioambiental, que trae consigo también graves consecuencias económicas y sociales, es posible gracias a la capacidad expropiadora del Gobierno autonómico, que unida a la concesión de “utilidad pública” de los proyectos convierte a los propietarios de los olivos centenarios en víctimas de coacción durante todo el proceso: “Los acuerdos están muy lejos de ser amistosos, de manera que los propietarios, a pesar de su gran arraigo, firman los arrendamientos bajo la amenaza de perder sus tierras mediante la expropiación”, lamenta Rafael Alcalá, portavoz de la Plataforma Campiña Norte contra las Megaplantas Solares.

A esta situación de desigualdad se une, además, la falta de información pública a los afectados, que deben enterarse de sus procesos a través de los tablones de anuncios de los ayuntamientos o del Boletín Oficial de la Junta de Andalucía. “Es verdad que estos cauces son legales, pero no son morales”, protesta Alcalá.

Fin del medio rural.

Lopera, municipio jienense de 3.500 habitantes, vive en un 90% del olivo. En total, los cuatro proyectos que van a afectar a esta población ocuparán 426 hectáreas de olivar, lo que supone una pérdida de unos 42.600 olivos. “La pérdida irreparable de estos olivos centenarios supone la ruina de pueblos como Lopera, cuyos vecinos dejarán de ingresar, entre los jornales y la pérdida de venta de aceite de oliva, en torno a 3,1 millones de euros, el 25% de sus ingresos”, relata el portavoz de la Plataforma Campiña Norte contra las Megaplantas Solares.

Este municipio es tan solo un ejemplo de las consecuencias que trae consigo la instalación de megaplantas fotovoltaicas, calificadas el pasado diciembre de 2024 como “mal menor” por la consejera de Sostenibilidad y Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, Catalina García, en terrenos habitados por olivos centenarios: “Sin nuestros olivos, que nos acompañan desde hace más de 1.000 años, no hay aceite, no hay trabajo, no hay salarios, no hay vida en los pueblos y, desgraciadamente, no hay medio rural en las zonas afectadas”, sentencia la portavoz de SOS Rural.