El Programa CIMA puesto en marcha por la Consejería de Desarrollo Educativo y Formación Profesional incluye entre sus objetivos promover la transformación de los escenarios de aprendizaje hacia la salud y el bienestar del alumnado desde los principios de sostenibilidad. Además, lo capacita como agente del cambio para mejorar la salud de la comunidad educativa y del entorno, al fomentar el autocuidado, la educación emocional, la movilidad sostenible y la educación ambiental.
Asimismo, durante este curso escolar 430 centros se han comprometido con la salud y bienestar de su comunidad integrándose en la Red de Escuelas Promotora de Salud de Andalucía con el fin de ofrecer una herramienta innovadora que permita poner en marcha y desarrollar un proyecto de transformación integral hacia entornos más sostenibles y saludables. También se han consolidado recursos clave para la promoción de la salud como la asesoría ‘Forma Joven’ y la mediación en salud dirigida a jóvenes de centros educativos de Secundaria.
El ámbito de los hábitos de vida saludable constituye un instrumento para el desarrollo de las competencias clave del alumnado en materia de promoción de la salud, el intercambio de experiencias, el trabajo en equipo, la creación de redes interprofesionales y el desarrollo de metodologías innovadoras desde los nuevos avances en neurociencia.
Su característica principal es que está concebido desde una perspectiva salutogénica, es decir, pone el énfasis en aquello que genera salud y no en lo que provoca enfermedad. Así, ofrece un marco de trabajo que facilita a los centros el abordaje de las medidas de prevención y promoción de la salud en contextos de aprendizaje múltiples, flexibles y diversos, con la inteligencia emocional como elemento que guía los procesos de enseñanza-aprendizaje.
Asimismo, esta iniciativa pretende favorecer la adquisición de conocimientos por competencias desde un enfoque integral y capacitar al alumnado en la toma de decisiones como agente activo y competente en la prevención y mejora de su salud, favoreciendo conocimientos, habilidades y actitudes que le permitan afrontar una conducta saludable de forma libre, informada y consciente. Además, tiene entre sus fines promover un cambio metodológico en el profesorado hacia metodologías innovadoras fundamentadas en los avances de la neuroeducación y basadas en la investigación participativa, el trabajo por proyectos o el aprendizaje servicio, entre otras.