En concreto, el descenso de esta última revisión se debe a la bajada en las cotizaciones de las materias primas (-14,86%), que compensa con creces el incremento de los fletes (+30,59%).
Esta revisión bimestral se calcula en función del coste de la materia prima (propano y butano) en los mercados internacionales, así como del coste de los fletes (transporte) y la evolución del tipo de cambio euro-dólar. Por otra parte, dicha revisión del precio, al alza o a la baja, está limitada al 5%, acumulándose el exceso o defecto de precio para su aplicación en posteriores revisiones.
El gas licuado de petróleo (GLP) envasado es una mezcla de hidrocarburos, principalmente compuesta de butano, que sirve como alternativa al gas natural para su consumo energético en envases a presión, especialmente en poblaciones o núcleos urbanos sin conexión a la red de gas natural.
En la actualidad, anualmente se consumen 64,5 millones de envases de GLP de distintas capacidades. Se trata de un combustible en retroceso, ya que desde 2010 hasta 2021 el consumo total de GLP envasado ha descendido más de un 25%.
El máximo histórico de 19,55 euros se registró en 2022.
Hasta ahora, el máximo histórico del precio de la bombona de butano se sitúa en los 19,55 euros que tuvieron que pagar los consumidores desde el 17 de mayo al 14 de noviembre de 2022.
Durante los gobiernos de Zapatero, el precio más alto que tuvieron que abonar los consumidores fueron los 15,19 euros vigentes desde el 1 de octubre de 2011 (a 81 días del fin de su segunda legislatura) y que Rajoy mantuvo hasta el 31 de marzo de 2012. En los últimos veinte años, el precio más bajo del butano ha sido el fijado en abril de 2005, 9,38 euros.