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Juan Antonio Luque pronuncia su pregón ante todos los loperanos. Foto: Antonio Marín. |
La
Plaza de San Roque acogió anoche el tradicional pregón de las Fiestas
Patronales que estuvo a cargo de Juan Antonio Luque Alcalá.
El pregonero se mostró emocionado por la oportunidad de abrir estas
fiestas en las que tantos recuerdos guarda en su memoria. Juan Antonio Luque habló desde el
corazón para ensalzar con orgullo sus vivencias en torno al patrón de
Lopera. Comenzó recordando con añoranza las sabias enseñanzas de su abuelo y de su padre en torno a San Roque.
El pregón contó con retazos históricos como cuando dio detalles de la historia de la Ermita de San Roque y de la Plaza que lleva su mismo nombre. Asimismo, recordó la refundación de la cofradía en los años noventa y cómo volvió el culto a San Roque de la mano de Francisco Martínez y de un fervoroso grupo de loperanos.
Finalmente, quiso terminar su pregón sacando a relucir una breve semblanza histórica de la vida de San Roque. Nacido en 1295 en Montpellier, al sur de Francia, Roque es
un santo católico que, guiado por la compasión que sentía por las víctimas de
la peste, inició un peregrinaje por varias ciudades de Italia para dedicarse a
curar a las personas infectadas por dicha enfermedad. Llegó a contagiarse de la peste al intentar ayudar a varios enfermos. En el año 1317 le llegaría su muerte, pero
su solidaridad sin límites fue la marca distintiva de una vida entregada por
entero al servicio de los demás.
A continuación
tuvo lugar una verbena popular amenizada por la orquesta "Cascabel". Los loperanos y visitantes disfrutaron de las fiestas hasta altas horas de la madrugada. Son
varios días de religiosidad y diversión en unas fiestas patronales
marcadas por el regreso de emigrantes y donde todos son bienvenidos.
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La orquesta Cascabel amenizó musicalmente la velada. Fotos: Antonio Marín. |