El presupuesto destinado a estos incentivos alcanza los 600.000 euros, de los que se han convocado en una primera etapa 50.000. Francisco Reyes ha desglosado estas tres líneas de ayudas: la primera de ellas va dirigida a aquellos agricultores que quieran realizar cultivos herbáceos –entre los que se incluyen cereales y leguminosas para grano, flores o tubérculos–, en los que la Diputación financiará hasta el 35 por ciento del coste de los jornales con un máximo de 800 euros por hectárea y un mínimo de 400, en función del tamaño de la explotación. La segunda de las líneas va destinada a los cultivos leñosos –como frutales o viñedos, entre otros–, donde la Administración provincial podrá sufragar el 35 por ciento de los costes de los jornales en explotaciones que conlleven una generación de, al menos, 25 jornales; con un máximo de 2.000 euros por hectárea.
La última de las líneas va destinada a financiar el arrendamiento de fincas rústicas. Concretamente el coste de una anualidad, siempre y cuando esta actividad agrícola genere al menos 40 jornales por hectárea con personal asalariado dentro de la propia explotación. La ayuda establece un máximo de 600 euros por hectárea y una superficie mínima de 0,25 hectáreas.
Personas físicas o jurídicas que desarrollen su actividad en municipios de la provincia pueden solicitar estas subvenciones enmarcadas en el Plan de Empleo de la Diputación.