Campos de olivar en Lopera. |
Pese a que existían previsiones optimistas, las últimas
precipitaciones recibidas en la provincia de Jaén no han solucionado el grave
problema de déficit hídrico que existe actualmente. Con la poca lluvia caída,
el olivar se encuentra ya con pérdida de aceituna, alguna de la cual se está
cayendo. El olivar de secano se está despojando de parte de su fruto, ya negro,
por lo que podemos hablar ya de pérdida de cosecha debido a la falta de agua.
La situación es límite y podría agravarse aún más si no llueve en septiembre,
con una reducción en la producción de la próxima campaña, que se preveía ya
media.
Sin
embargo, no solo el olivar de secano se encuentra en peligro. También el de
regadío afronta problemas. Y es que, mientras los olivareros continúan pagando
cuotas y gastos fijos elevados, se encuentran con que no pueden regar en
algunos casos debido a que dependen de ríos y acuíferos deficitarios. Por ello,
este problema es aún más escandaloso, limitándose el uso del agua precisamente
a aquellos agricultores que están haciendo un uso más eficiente de la misma.
COAG-Jaén
defiende que se está hablando de un cultivo social, que mueve millones de
jornales y del que dependen la mayoría de los municipios jienenses y cientos más
de otras provincias andaluzas. Un cultivo donde el riego está modernizado y la
eficiencia del agua es de las más altas a nivel nacional. La relación entre el
recurso utilizado y el beneficio para la sociedad es máximo en el caso del olivar
y, es por ello, por lo que vamos a exigir políticas en la gestión del uso del
agua que prioricen estos usos eficientes.
“Los olivareros han hecho una
apuesta firme por un riego eficiente y moderno, invirtiendo su dinero en las
últimas tecnologías a nivel de eficiencia de agua”, explica el secretario general
de COAG-Jaén, Juan Luis Ávila. De hecho, el 50% del olivar jienense dispone hoy
en día de regadío. “Sin embargo –añade Ávila- no está viendo el resultado
porque en épocas en las que realmente precisa el agua, no le llega, mientras en
otras provincias andaluzas se despilfarra el agua sin ningún tipo de control
para otros cultivos, que son además mucho menos sociales y que dan menos
trabajo que el olivar”.
Por ello, el secretario general
pide que a las administraciones públicas competentes y a la Confederación
Hidrográfica del Guadalquivir que tomen cartas en el asunto para posibilitar
otro tipo de gestión en el regadío, más competente, más
coherente y que permita a los agricultores que hagan un uso eficiente del agua
disponer de ella.