Las escuelas de verano organizan actividades y reparto de alimentos a menores de edad. Foto: Junta de Andalucía. |
La convocatoria de ayuda institucional para las escuelas de verano tiene por objeto la gestión de actuaciones para la preparación y reparto de alimentos a personas menores de edad, preferentemente en zonas desfavorecidas, durante el periodo de vacaciones fuera del calendario escolar. Además, los programas deberán contemplar acciones complementarias de carácter socioeducativo relacionadas con el apoyo de los contenidos curriculares de ocio y tiempo libre, de educación en valores, actividades que desarrollen la imaginación y la creatividad o de educación para la salud.
El plazo de presentación de las solicitudes será hasta el 26 de mayo y se puede consultar en https://juntadeandalucia.es/eboja/2021/89/BOJA21-089-00019-7962-01_00191849.pdf
Las escuelas de verano, que se desarrollan entre el 1 de julio y el 31 de agosto, atienden a niños y niñas de entre 3 y 15 años pertenecientes a familias con dificultades económicas y/o en situación de riesgo de exclusión que, previamente, han sido valoradas y derivadas por los Servicios Sociales Comunitarios. Este programa, gestionado por entidades sin ánimo de lucro, tiene como objetivo garantizar tres comidas diarias (desayuno, almuerzo y merienda), así como desarrollar acciones socioeducativas y de ocio y tiempo libre. Además, estas escuelas permiten conciliar también la vida familiar y laboral.
En la edición 2020 del Programa Regional de Escuelas de Verano de la Junta de Andalucía participaron más de 4.000 niños y niñas de toda la comunidad autónoma, en un total de 72 escuelas.
Rocío Ruiz ha destacado «el esfuerzo del Gobierno andaluz con esta iniciativa en estos momentos de emergencia social y sanitaria para atender a estos menores, que es posible gracias a la colaboración entre todas las administraciones y también entre el sector público y privado: la Consejería de Educación y Deporte, los servicios sociales comunitarios que derivan a las familias, los ayuntamientos que ceden los colegios y las entidades privadas sin ánimo de lucro. En definitiva, la unión entre las instituciones públicas y la sociedad civil pensando solo en la protección de la infancia más vulnerable. Esto, ahora más que nunca, es un valor que hay que destacar».