En este sentido, la delegada ha detallado que “desde el centro hospitalario se han puesto a disposición de este profesional todos los recursos necesarios”, recordando que “la agresión física o intimidación grave contra profesionales sanitarios en el ejercicio de su función pública asistencial viene siendo considerada como delito de atentado por los tribunales de justicia, y así se han dictado sentencias en estos casos, castigándose con penas de uno a tres años de prisión”.
La titular de Salud y Consumo en Jaén ha puesto el acento en “el incremento de las agresiones que se ha venido produciendo”, recordando que “en 2023 fueron 139, de las que 113 fueron de carácter verbal y 26 físicas y en el primer trimestre de este año se habían registrado un total de 34, de las que 7 fueron de carácter físico”.
La delegada ha recordado que la Consejería de Salud y Consumo, en el marco de la Comisión Provincial Frente a las Agresiones a Profesionales, está trabajando en medidas preventivas para evitar que se produzcan estas «agresiones que están penadas por la Ley», además de recordar que “contamos con profesionales de apoyo para acompañar, legal y psicológicamente, a la persona agredida».
El Hospital activa el Plan de Prevención frente a Agresiones del SAS.
Los profesionales del Sistema Sanitario Público Andaluz cuentan con un Plan de Prevención y Atención de Agresiones, cuyo objetivo último es intentar reducir las agresiones y minimizar sus consecuencias.
Este plan cuenta con un programa especial de acompañamiento al profesional agredido y un profesional con formación específica que ejercerá como guía en la prevención de agresiones y actuación ante las mismas. Esta figura del profesional guía tiene el objetivo de acompañar, asesorar en los trámites y dar apoyo al trabajador que sufre una agresión.
Salud y Consumo sostiene que el sistema sanitario público de Andalucía debe profundizar en el respeto del ejercicio de los derechos que tienen reconocidos los usuarios, pero también, de forma recíproca, debe exigírsele a estos el cumplimiento de sus deberes, como es hacer un uso adecuado de los servicios sanitarios en un ambiente de mutua cordialidad, confianza y respeto, en aras de la mejora de las relaciones entre los ciudadanos y los profesionales de la salud.