Las lluvias del pasado fin de semana calmaron la sed del campo loperano. En líneas generales, durante las jornadas del sábado y el domingo cayeron en Lopera más de 30 litros por metro cuadrado, un agua que vendrá muy bien para el olivar ahora que está en plena fase de floración o creación de la trama.
La borrasca no solo trajo agua, sino que vino aparejada de un importante descenso de las temperaturas. Quienes también abrieron los brazos para recibir a las lluvias son las personas que padecen alergia primaveral.