El Gobierno central planteó ayer a los agentes sociales su propuesta de reforma de las pensiones. Primero, plantea abandonar la actualización de las pensiones conforme al IPC y sustituirlo por otro indicador que tenga en cuenta la inflación media, la evolución del número de pensiones, el crecimiento de los ingresos en términos reales, el déficit o superávit del sistema de Seguridad Social, la tasa de sustitución de las pensiones y la velocidad de ajuste.
El resultado que ofrezca este indicador tendrá un suelo y un techo de manera que las pensiones nominales subirán siempre como mínimo un 0,25% y como máximo el IPC más 0,25 puntos porcentuales.
El Gobierno central quiere comenzar a aplicar esta fórmula en 2014 y aseguran que garantizará el mantenimiento del poder adquisitivo en el medio y largo plazo. También quieren aplicar el factor de sostenibilidad a partir de 2019.