jueves, 14 de junio de 2018

Tráfico realiza pruebas de alcoholemia a 3.339 conductores, de los que solo 23 han dado positivo.

Un vehículo circula por una calle de Lopera. Foto: Antonio Marín.
Los agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil han realizado pruebas de alcoholemia a 3.339 conductores en las carreteras de la provincia, durante la campaña especial de intensificación de controles que ha desarrollado la Dirección General de Tráfico durante la pasada semana. Del total de conductores sometidos a los controles de alcohol, solo 23 de ellos han dado resultados positivos, lo que supone un porcentaje del 0,69 por ciento, muy parecido al de la anterior campaña llevada a cabo en diciembre de 2017.
Los porcentajes, sin embargo, son más preocupantes en cuanto a los resultados de las pruebas de droga. Así, de los 147 conductores a los que se les ha hecho el test salival para comprobar la presencia de estupefacientes en el organismo, 26 han dado positivo, es decir más del 17 por ciento. Sin embargo este índice es sensiblemente inferior al registrado en la campaña pasada, cuando casi la cuarta parte de los conductores controlados (24 por ciento) dieron positivo de haber consumido algún tipo de droga.
Los controles se han realizado tanto en horario nocturno como en horas del mediodía para que resultaran disuasorios en la ingestión de bebidas alcohólicas en las comidas. La DGT recuerda que el consumo de alcohol y drogas produce numerosas alteraciones orgánicas y psicológicas que pueden entrañar un grave riesgo durante la conducción de vehículos.
Como viene siendo habitual en las campañas que lleva a cabo la DGT, la colaboración de la Policía Local ha sido muy importante, ya que los controles de alcohol y drogas se han realizado tanto en vías interurbanas como urbanas.
Pese a que la campaña ha finalizado, los agentes de Tráfico continuarán efectuando controles de alcohol y drogas a los conductores a cualquier hora del día y en cualquier carretera con el objetivo de disuadirlos a conducir si han consumido estas sustancias.
La apuesta de la DGT por impedir que los conductores se pongan al volante tras haber ingerido algún tipo de sustancia psicoactiva es lo que ha llevado a este organismo a incrementar las sanciones y poner en el punto de mira a los reincidentes en la última reforma de la Ley de Seguridad Vial.
El castigo por conducir con presencia de drogas en el organismo alcanza los 1.000 euros de multa y la retirada de 6 puntos.
En el caso del alcohol se mantiene la multa en 500 euros, excepto si la tasa  supera el doble de la permitida o si el conductor es reincidente, es decir, aquel que hubiera sido sancionado en el año inmediatamente anterior por dar positivo en alcohol. En estos dos casos la sanción también es de 1.000 euros.