En esta formación han participado el matrón Antonio Muñoz, la matrona de Atención Primaria, María Pilar Quesada, además de contar con una charla del grupo de apoyo de Amar con M, dirigido a las mamás lactantes.
Las evidencias científicas disponibles constatan que este tipo de alimentación debe mantenerse de forma exclusiva hasta que los bebés cumplan seis meses y hasta los dos años junto a otros tipos de nutrientes.
Estos estudios indican también que la madre es capaz de producir la leche que su hijo necesita en cada momento, de modo que sus características y cantidad varían durante su crecimiento, además que aporta anticuerpos y sustancias biológicas activas que son capaces de disminuir el riesgo del niño de padecer infecciones y enfermedades cuando sea adulto.
Otra de sus ventajas es el estrecho vínculo que se crea entre la progenitora y el recién nacido, lo que incluso permanece después, junto a la mejora de la capacidad de visión o el desarrollo intelectual, así como la disminución de la obesidad infantil.
Este hábito favorece también la contracción del útero, disminuye el sangrado tras el parto, ayuda a que se consuman las reservas de grasa acumuladas durante el embarazo y reduce el riesgo de desarrollar determinados tipos de cánceres.
El 80% de las madres andaluzas dan de mamar a sus hijos durante su primer mes de vida, pero en el tercer mes ya son sólo un 40% y en el sexto se reduce más aún este porcentaje hasta un 6,4%, según los últimos datos recogidos sobre ello en la comunidad autónoma.