Foto de familia del acto de inauguración de la Jornada sobre el Virus del Nilo Occidental. Foto: Junta de Andalucía. |
En la apertura del encuentro, que abordó la Fiebre del Nilo Occidental desde la perspectiva de ‘Una Salud’ (One Health), la consejera ha subrayado que la Fiebre del Nilo Occidental es una enfermedad cuya propagación está vinculada a diversos factores y que requiere de un enfoque integral. En ese sentido, ha puesto en valor el trabajo realizado por Salud, así como la colaboración con las Consejerías de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural, y de Sostenibilidad y Medio Ambiente.
Con la mirada puesta en el año 2025, desde la Dirección General de Salud Pública y Ordenación Farmacéutica se han mantenido ya reuniones bilaterales con las partes implicadas para incorporar mejoras al programa de vigilancia y control. Entre las principales novedades, que se implementarán a finales de enero, destacan nuevos criterios para la clasificación de riesgo de los municipios, un nuevo impulso a las comarcas de especial seguimiento, así como recomendaciones y orientaciones concretas para la aplicación de los planes de control municipales.
«Todo lo anterior nos debe permitir afrontar la temporada de 2025 con más herramientas para reducir el impacto de la Fiebre del Nilo Occidental en la población andaluza, pero no pararemos en nuestro esfuerzo de impulso y coordinación, pues juntos podemos obtener los mejores resultados», ha asegurado Hernández. En ese sentido ha hecho hincapié en que es necesaria la colaboración de todas las administraciones, así como «la participación de los propios ciudadanos que pueden contribuir a su autoprotección».
Finalmente, la consejera ha dicho que «es necesaria la mejor evidencia científica y de la trasferencia de sus avances hacia los organismos de gestión, como es el objeto de esta Jornada».
Actuaciones frente al VNO.
A raíz del brote de virus de 2020, desde 2021 las actuaciones de vigilancia se integran dentro del Programa de Vigilancia y Control Integral de Vectores Transmisores de Fiebre del Nilo Occidental.
Uno de los elementos fundamentales de este programa es el sistema de vigilancia mediante trampeo. Desde 2022 y de forma anual, hay un seguimiento periódico de las poblaciones de estos mosquitos mediante trampas situadas en puntos estratégicos. Gracias a estas trampas se puede conocer las distintas especies de mosquitos en cada área, su densidad poblacional y, de forma concreta, la existencia o no del virus en las especies transmisoras. Lo que permite anticiparnos a la incidencia del mosquito en las distintas poblaciones.
El sistema de información utilizado por la Consejería de Salud y Consumo se nutre tanto del análisis de los resultados de nuestro trampeo, como de los datos de los puntos de trampeo de la Estación Biológica de Doñana del CSIC, y del servicio de control de mosquitos de la Diputación Provincial de Huelva. Se trata por tanto de una red extensa de toma de muestras, que permite obtener datos en plazos de tiempo muy reducidos.
Un aspecto asociado al programa de Vigilancia es la publicación del mapa de riesgos. A través de este mapa, todas las consejerías implicadas y los municipios incluidos en el mapa son conocedores de su situación epidemiológica de partida con respecto a la fiebre del Nilo Occidental al inicio de cada temporada. Y en base a ese mapa, se pueden diseñar las actuaciones pertinentes de prevención y tratamiento, en animales o en humanos.
En abril de 2024, se aprobó el I Plan Estratégico Andaluz para la Vigilancia y Control de Vectores Artrópodos con Incidencia en Salud, que vendrá a desarrollar los diferentes programas concretos para, no solo la Fiebre del Nilo occidental, sino otras trasmitidas por vectores artrópodos, como el dengue, Zika, o la leishmaniosis, preparando a Andalucía para la vigilancia y control de estas enfermedad emergentes.
Del mismo modo, también se realiza la asistencia técnica especializada para el asesoramiento en las labores de prevención y control puestas en marcha por las administraciones locales; así como la coordinación y seguimiento de las medidas puestas en marcha en los municipios afectados.
En cuanto a los aspectos clínicos y de organización sanitaria, hay una continua actualización de los protocolos de actuación en el caso de que una persona presente algún tipo de síntoma compatible con esta patología, tanto en atención primaria como hospitalaria.
Finalmente, desde la Consejería de Salud y Consumo se realizan
programas periódicos de sensibilización a la ciudadanía. Es importante
que, una vez confirmado el riesgo de transmisión en una determinada
zona, el ciudadano conozca las medidas preventivas que debe llevar a
cabo y las recomendaciones pertinentes.