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Un año más, el Carnaval llenó de colorido y alegría las calles de Lopera. Infancia, juventud y mayores tomaron protagonismo en una tarde lluviosa donde predominó la imaginación, a la hora de improvisar los disfraces.
El Pasacalles de Carnaval consiguió el fin para lo que fue creado, la diversión, el cambio efímero por unos días, la transformación, el disfraz, el desfile, el sentirse bien y poder mostrarse a los demás y compartir alegría.