Algunos medicamentos pueden afectar a la conducción. Foto: Antonio Marín. |
El uso de ciertos medicamentos es muy habitual en una amplia mayoría
de la población para mitigar problemas de salud comunes. El problema
reside en que, muchos de estos medicamentos, tienen componentes que
pueden afectar a las capacidades de las personas al conducir. Algo de lo
que generalmente no son conscientes, o a lo que no se presta atención.
Hasta un 5% de los accidentes de tráfico tienen relación de alguna
manera con el consumo de medicamentos a pesar de las advertencias. Y es
que estos productos, aunque ayudan a curar ciertas dolencias y
enfermedades, también pueden ser muy perjudiciales a la hora de mantener
la atención en la carretera.
Como medida de prevención, cualquier persona que se encuentre bajo un
tratamiento farmacológico y se disponga a conducir, debería informarse
correctamente de si dicho medicamento reviste algún tipo de peligro. No
todos tienen los mismos efectos ni en la misma proporción, por lo que la
documentación es la clave para evitar posibles consecuencias.
Desde la web especializada en salud, Tratamiento y Enfermedades,
ofrecen una valiosa información sobre cómo afectan los medicamentos a
la conducción. No obstante, siempre es recomendable preguntar acerca de
cada medicamento concreto. Entre los efectos más habituales de los
medicamentos en la conducción, se encuentran: disminución de los
reflejos y aumento del tiempo necesario para reaccionar, somnolencia
acompañada de un efecto sedante que puede dar lugar a distracciones,
percepción alterada de la realidad y de las distancias, hiperactividad y
nerviosismo, capacidad auditiva y visual disminuidas o alteradas,
fallos en la coordinación de las manos y piernas, alteraciones
neurológicas como espasmos y alucinaciones, confusión, aturdimiento,
etc.
El nivel de efecto dependerá de cada medicamento, de la dosis, y de
las características del propio paciente. Por eso, es necesario extremar
la precaución antes de conducir bajo los efectos de un medicamento.
No todos los medicamentos tienen efectos negativos o de ningún tipo en
la conducción, pero sí es aconsejable conocer aquellos que se consumen
de forma habitual y que afectan a la hora de coger el coche:
ansiolíticos, somníferos, antidepresivos, analgésicos, anestésicos,
antihistamínicos, antibióticos, antigripales, antimigrañosos y
antitusivos.
Además, estos medicamentos se clasifican en cuatro categorías
dependiendo del nivel de afectación a las capacidades de las personas.
Según esta clasificación, en la categoría 0 se encontrarían los
medicamentos seguros, que no afectan a la conducción; en la categoría 1
se encontrarían aquellos que llevan una advertencia pero que afectan de
manera leve; en la categoría 2 estarían los que afectan moderadamente a
la conducción y que requieren una consulta con el médico; y en la
categoría 3 estarían los que afectan notablemente a la conducción y que
implican cesar con la actividad hasta que el médico no diga lo
contrario.
En el otro lado, se encuentran algunos medicamentos que son
completamente seguros y que no afectan a las capacidades de las personas
para coger el coche. Por ejemplo, el paracetamol y el ibuprofeno, que
son dos de los medicamentos más consumidos y demandados en este país, no
revisten ningún peligro a la hora de conducir. No obstante, siempre es
mejor evitar esta práctica en la medida de lo posible cuando se esté
bajo un tratamiento, y consultar siempre a un médico profesional para
asegurarse de que el viaje no tendrá ninguna sorpresa desagradable.