Un vehículo circula por la travesía de Lopera. Foto: Antonio Marín. |
Las carreteras secundarias van a ser el principal objetivo de una nueva
campaña de vigilancia y control que la Dirección General de Tráfico
llevará a cabo entre los días 5 y 11 de noviembre.
En esta campaña, que se inicia el próximo lunes, los agentes de la
Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil controlarán la velocidad, los
adelantamientos indebidos, la ingesta de alcohol o drogas, el uso del
casco y sistemas de retención, la utilización del teléfono móvil y de
auriculares durante la conducción, la manipulación de navegadores o de
cualquier otro elemento que pueda producir distracción, así como la
documentación del vehículo y del conductor, y en general, cualquier
infracción de la normativa vigente en materia de circulación y seguridad
vial.
Durante los siete días de la anterior operación de vigilancia en las
vías secundarias, en octubre del pasado año, la Guardia Civil controló
en las carreteras de Jaén 5.587 vehículos, habiendo formulado 400
denuncias (el 7,16% de los controlados).
Ante el inicio de esta campaña, la DGT recuerda que las carreteras
secundarias son las más peligrosas, presentando una alta siniestralidad,
a pesar de que su densidad de tráfico no es demasiado elevada. La
provincia de Jaén cuenta con una red de 3.419 kilómetros de carreteras,
de los que más del 91% (3.129 kilómetros) corresponden a carreteras
convencionales.
Los conductores implicados en accidentes suelen cometer alguna
infracción, con cuatro factores por encima de los demás: el exceso de
velocidad, el consumo de alcohol y drogas, el no uso del cinturón de
seguridad y las distracciones.
Uno de los objetivos prioritarios en la Estrategia de Seguridad Vial
2011-2020 es mejorar la seguridad en este tipo de vías a través de su
diseño, especialmente para evitar salidas de la vía y colisiones
frontales, apuntándose como una prioridad la puesta en marcha de medidas
de bajo coste y alta efectividad para reducir el riesgo al transitar
por ellas.
La misma Estrategia también busca conseguir comportamientos más
seguros en las carreteras convencionales, incrementando la vigilancia y
el control, con objeto de disuadir a los infractores de las normas de
tráfico.