sábado, 16 de noviembre de 2019

Casi 400 personas comienzan al año un tratamiento por alcoholismo en la provincia de Jaén.

Socios y amigos de ARLO que han asistido a la comida de convivencia. Foto: ARLO.
Un total de 398 personas iniciaron en 2018 un tratamiento por problemas relacionados con el consumo de alcohol, 315 son hombres y 83 mujeres. En total, durante 2018, los Centros de Tratamiento Ambulatorio de la Junta de Andalucía han atendido a 853 personas por alcoholismo, con una edad media de 46,1 años y que tardan una media de 13,5 años en solicitar ayuda desde que se inicia el consumo abusivo de alcohol.  
La delegada de Salud y Familias, Trinidad Rus, ha asistido hoy a los actos organizados por la Asociación ubetense NUDIALLI, con motivo del Día Mundial Sin Alcohol, que se celebra hoy. En este sentido, ha felicitado a esta entidad “por el trabajo que han desarrollado en la formación y acompañamiento de personas afectadas y sus familiares”.
Las personas atendidas en los Centros de Tratamiento Ambulatorio por alcoholismo son las que presentan la media de edad más elevada. Entre las personas admitidas a tratamiento por alcohol, el porcentaje de menores de edad es reducido (0,3%). La edad media de inicio del consumo se sitúa en 16,4 años (en hombres, 15,9 años; en mujeres 18,7).
El alcohol sigue siendo la sustancia que más admisiones a tratamiento motiva en Andalucía, de hecho, el 25% de las personas que iniciaron tratamiento por adicciones durante el año pasado, lo hicieron por consumo de alcohol. El 40% de las personas que inician tratamiento lo hacen por iniciativa propia, el 30% derivado de centros sanitarios o por indicación de los profesionales sanitarios que los atienden y un 17,5% por recomendación y apoyo de familiares y amistades.
En el marco del Día Mundial Sin Alcohol, que se celebra hoy bajo el lema Hoy no bebo, pruebo mi libertad’, la Consejería de Salud y Familias pone el acento en la promoción y prevención de hábitos de vida saludable y destaca la elevada morbilidad asociada al alcoholismo. En este sentido, Rus indica que “el alcoholismo es una enfermedad y como tal tiene tratamiento que se adapta a cada persona y es multifactorial”.
El Plan Andaluz sobre Drogas y Adicciones establece estrategias preventivas con el objetivo de evitar y/o reducir estas conductas adictivas, como por ejemplo el programa Hábitos de Vida Saludable, a disposición de los centros docentes de la comunidad sostenidos con fondos públicos, dirigidos a estudiantes de E.S.O. con el objetivo de reforzar en el alumnado la importancia de un uso adecuado y responsable de las tecnologías e Internet; o el programa comunitario de prevención de las drogodependencias ‘Ciudades ante las Drogas’ realizado junto con las corporaciones locales, cuyo principal objetivo es reducir o paliar el uso y/o el abuso de sustancias y otras adicciones en población joven y otros colectivas de riesgo.
“Por tanto, el consumo de todas estas sustancias es un auténtico problema de salud pública, especialmente preocupante en menores. Los datos de intervención sanitaria en los centros de urgencia y hospitales arrojan cifras elevadas. En total, las urgencias jiennenses atienden una media de 500 casos de patologías directamente relacionadas con el alcohol”, ha indicado.
 La Organización Mundial de la Salud ha publicado un documento (Global status report on alcohol and health 2018) que presenta un panorama completo del consumo de alcohol y la carga de la enfermedad atribuible al alcohol en todo el mundo.  Más de 3 millones de personas en todo el mundo mueren a consecuencia del consumo nocivo de alcohol, lo que representa 1 de cada 20 muertes. Más de las tres cuartas partes de esas muertes correspondieron a hombres. En general, el consumo nocivo de alcohol causa más del 5% de la carga mundial de morbilidad.
De todas las muertes atribuibles al alcohol, el 28% se debieron a lesiones, como las causadas por accidentes de tránsito, autolesiones y violencia interpersonal; el 21% a trastornos digestivos; el 19% a enfermedades cardiovasculares, y el resto a enfermedades infecciosas, cánceres, trastornos mentales y otras afecciones. Más allá de las consecuencias para la salud, el uso nocivo del alcohol trae importantes pérdidas sociales y económicas a los individuos y a la sociedad en general.