lunes, 30 de diciembre de 2019

Consumo recuerda que el marcado CE permite identificar los juguetes que cumplen con la normativa de seguridad.

Imagen de un juguete. Foto: Junta de Andalucía.
La Dirección General de Consumo de la Consejería de Salud y Familias recuerda a la ciudadanía la importancia de comprobar que los juguetes que se ponen a disposición de niños y niñas sean seguros, algo a lo que prestar especial atención ante los regalos navideños. Para ello, se debe verificar que los productos dirigidos a menores de 14 años cuentan con el marcado CE, símbolo que acredita el cumplimiento de la normativa europea en materia de seguridad.
A la hora de elegir juguetes, Consumo recomienda, en primer lugar, optar por productos adecuados a la edad del niño o de la niña que lo vaya a utilizar, y evitar aquellos que transmitan valores sexistas, violentos o racistas. Antes de comprar el producto se deben leer con detenimiento la etiqueta y las instrucciones de uso, que deben estar en castellano, y prestar especial atención a los consejos de uso y advertencias de seguridad.
Los juguetes destinados a menores de tres años deben incluir el símbolo de limitación de edad. Además, conviene comprobar que no tengan piezas pequeñas que se puedan desprender y producir riesgo de asfixia, así como cintas, elásticos, cuerdas o cadenas con una longitud que permita que se pueda enredar en el cuello. Se recomienda evitar juguetes fabricados con plásticos delgados y quebradizos, ya que pueden romperse en pedazos pequeños o dejar bordes cortantes, y comprobar que la pintura de los juguetes no se destiñe, puesto que podría ser tragada al llevárselo a la boca.
En el caso de los juguetes eléctricos, no deben contener dispositivos que produzcan calor. Si funcionan conectados a la red, deben acompañarse siempre de un transformador de 24 voltios, y si funcionan a pilas, se debe comprobar que las mismas estén en un compartimento aislado. En cuanto a los juegos de química, conviene tener especial precaución con sus componentes, que pueden ser tóxicos y causar envenenamiento en caso de ingestión. También se debe tener cuidado con los globos rotos o deshinchados, que pueden provocar asfixia. A la hora de adquirir pinturas, ceras o rotuladores, se debe comprobar en la etiqueta que no son tóxicas.
Por último, Consumo recomienda, siempre que sea posible, probar el juguete en la misma tienda para comprobar su correcto funcionamiento antes de adquirirlo. En todo caso, se debe pedir y conservar el ticket o factura de compra, ya que es necesario para realizar cualquier reclamación o devolución relacionada con el producto. Asimismo, se recomienda, siempre que sea posible, realizar las compras en establecimientos adheridos al Sistema Arbitral de Consumo, ya que de esta manera se garantiza que cualquier posible discrepancia pueda quedar resuelta de forma rápida y gratuita.
 En el caso de los videojuegos, se recomienda adquirir aquellos adheridos al código PEGI (Pan European Game Information), un sistema de clasificación de contenidos que permite identificar las edades aconsejadas para su uso, limitando así la exposición de las personas menores de edad a contenidos que podrían resultarles inadecuados.
Los videojuegos adheridos a este código presentan unos logotipos especiales en su etiquetado, consistentes en unos cuadrados de colores con un número que dividen en cinco franjas de edad los contenidos recomendados. Son verdes para aquellos videojuegos aconsejados para menores de más de 3 o de 7 años; naranjas para los recomendados para mayores de 12 o de 16 y rojos para los que no son aptos para menores de 18.
Además, este código de autorregulación establece unos iconos para identificar claramente los juegos que puedan contener material que incluya lenguaje soez o palabrotas (representado por un bocadillo de cómic con diferentes símbolos); que favorezca la discriminación (representado con tres figuras de distintos colores); que haga referencia o muestre el uso de drogas (con la imagen de una jeringuilla); que pueda asustar o dar miedo (con el dibujo de una araña); que contenga desnudos o referencias sexuales (con el símbolo del sexo masculino y femenino); que tenga contenidos violentos (representado con un puño cerrado); que fomente el juego de azar (con la imagen de dos dados), o que se pueda jugar en línea (representado por un globo terráqueo conectado con tres pantallas).
La Dirección General de Consumo de la Consejería de Salud y Familias realiza con carácter anual una campaña de inspección con el objetivo de comprobar que los juguetes a la venta están correctamente etiquetados y cumplen con los requisitos de seguridad establecidos en la normativa. Para el año 2019, está previsto realizar al menos 520 controles de etiquetado, así como la toma de 37 muestras de productos a la venta para su envío a un laboratorio, en el que se realizarán diferentes pruebas para verificar que se ajustan a la normativa aplicable en materia de seguridad.
En el caso de que se detecten irregularidades en los artículos que puedan afectar a la seguridad de las personas que las utilicen, se valora el riesgo y, en su caso, se incluye el producto afectado en la Red de Alerta de Productos de Consumo, un sistema de intercambio rápido de información que funciona a nivel europeo y cuyo objetivo es detectar de la manera más ágil posible artículos inseguros, con la finalidad de poder adoptar medidas que impidan la comercialización de estos productos, ya sea a través de la inmovilización o la destrucción de los mismos. Tanto en el caso anterior como si se detectan irregularidades de tipo informativo (por ejemplo, que el etiquetado no esté en castellano), se remitirán las actuaciones al departamento correspondiente para el inicio del oportuno procedimiento sancionador.
Esta campaña de control se desarrolla en el marco del Plan de Inspección de Consumo 2019, que incluye un total de 26 campañas que supondrán aproximadamente 9.000 actuaciones de control dirigidas a garantizar y reforzar la protección de los derechos de las personas consumidoras y asegurar que los productos y servicios que están a la venta cumplen los requisitos de seguridad y calidad que exige la normativa vigente.
Ante cualquier duda o consulta en materia de consumo, la ciudadanía puede contactar con Consumo Responde, un servicio gratuito de información y asesoramiento a las personas consumidoras y usuarias, impulsado por la Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía. Se trata de un servicio multicanal, al que se puede acceder de forma continuada a través del número de teléfono 900 21 50 80, de la página web www.consumoresponde.es, del correo electrónico (consumoresponde@juntadeandalucia.es); del perfil de Twitter (@consumoresponde); y el de Facebook (https://www.facebook.com/consumoresponde/).
También se puede recibir asesoramiento en los Servicios Provinciales de Consumo de las delegaciones territoriales de Salud y Familias presentes en todas las capitales de provincia, así como en las Oficinas Municipales de Información al Consumidor (OMICs), y en las organizaciones de personas consumidoras y usuarias.