Continúan los bajos precios en el aceite de oliva. Foto: Pixabay. |
La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG)
denuncia las prácticas especulativas que se están dando en el mercado
del aceite de oliva, acentuadas con la situación de Estado de Alarma por
la crisis sanitaria por coronavirus. “Un significativo aumento de la
demanda ( +31 en hogares), una menor oferta (-37,6% de producción en
última campaña) y el buen ritmo de las exportaciones, contrastan con una
caída de los precios origen ( -15%). Esto evidencia que hay operadores
que están destruyendo valor del campo a la mesa. No es lógico que con
esta situación de mercado, los precios al agricultor (1,90 €/kg) se
sigan situando muy por debajo de los costes de producción, 2,70
euros/kg.”, ha subrayado Juan Luís Ávila, representante de COAG en la
Interprofesional del Aceite de Oliva.
Desde COAG ya se ha pedido a la Agencia de Información y Control
Alimentarios (AICA) que abra de forma urgente una investigación para
identificar a aquellos operadores que están destruyendo valor en la
cadena del aceite de oliva. “La AICA tiene que empezar inmediatamente a
verificar que, en los contratos de compra-venta de aceite de oliva, a la
hora de fijar el precio se respeta el coste de producción, tal y como
recoge la última reforma aprobada de Ley de mejora de la cadena
alimentaria. Es intolerable mantener una situación tan crítica por más
tiempo cuando hay un repunte del consumo que está beneficiando a todos
los operadores de la cadena menos a los olivareros”, ha subrayado Ávila.
Con las cifras de producción de aceite de oliva de la campaña 2019/20
en el mes de marzo, publicadas hoy por la AICA, se puede considerar
prácticamente por concluida, arrojando un resultado de 1.116.000
toneladas de aceite de oliva producido, un 37,6% inferior a la campaña
pasada. Durante el mes de marzo se comercializaron en el mercado
interior 65.600 toneladas (71,3 millones de litros) que suponen 15.000
toneladas (16 millones de litros) más y un aumento del 30% respecto al
mismo período del año pasado. Con unas exportaciones que se mantienen a
buen ritmo pese a las dificultades que vienen sucediendo en los últimos
meses en los intercambios comerciales mundiales que alcanzan las 500.000
toneladas acumuladas en los primeros 6 meses de campaña. En total en el
mes de marzo las salidas al mercado de aceite de oliva superan las
140.000 toneladas, con un acumulado en lo que va de campaña de 783.000
toneladas que suponen el 70% de lo producido en toda la campaña, con lo
se estima que las salidas a final de campaña puedan estar entre 1,4 y
1,5 millones de toneladas si las cosas no se tuercen por el impacto del
COVID-19. Se espera una reducción de existencias al final de la campaña
en septiembre, de un 23%, respecto a la campaña anterior.
Según los últimos datos proporcionados por el Ministerio de
Agricultura, el consumo nacional de aceite en los hogares se ha
incrementado un 31,5% durante el primer mes de confinamiento respecto al
mismo periodo de 2019; un 97,7% la primera semana de confinamiento; un
13,6% la segunda semana; 13,3% la tercera y un 1,6% la cuarta. Hay que
considerar que la mayor parte del consumo de aceite corresponde al
aceite de oliva, 3 de 4 litros de los que consumen en el hogar. Este
aumento del consumo, en gran parte debido al acaparamiento realizado por
los consumidores durante la primera semana de confinamiento, ha
supuesto un notable aumento de la venta en los lineales de los
supermercados.
La obligación de cierre de espacios como restaurantes, cafeterías,
hoteles, ha restringido la comercialización de aceite de oliva por el
canal HORECA, pero ha tenido un menor impacto que en otros productos
agrarios ya que la venta en su mayor parte se canaliza a través de la
distribución organizada. La cuota de mercado de la gran distribución
representa el 88,9% del aceite comercializado. Sin embargo, mientras
que el consumo ha subido durante el último mes, los precios en origen
han caído un 15% desde marzo de 2019 y un 37% desde el mismo mes en
2018. Los olivareros continúan sumidos en una grave crisis tras más de
dos años con bajos precios en origen, que se mantienen por debajo de los
costes de producción. Las pérdidas acumuladas se elevan ya por encima
de los 1.100 millones de euros.
El almacenamiento privado desencadenado por la UE para regular la
oferta a causa de los elevados excedentes de la pasada campaña, ha
inmovilizado durante 6 meses más de 200.000 toneladas, pero su impacto
en el mercado está siendo insignificante, ya que los precios en origen
apenas han variado unas décimas al alza. COAG considera necesario que la
UE prorroge por otros 6 meses más el almacenamiento privado para dar
mayor margen a que se recuperen los precios, máxime en una situación de
incertidumbre por los efectos económicos que va a tener el COVID-19 a
corto y medio plazo. Además, se deben actualizar los umbrales de
desencadenamiento del almacenamiento privado para adaptarlos a los
costes de producción presentes.