Una de las propuestas que ha estado encima de la mesa de debate de los últimos meses en nuestro país en cuanto a flexibilidad se refiere es la concentración de la jornada laboral en 4 días. Aunque son pocas las empresas que en nuestro país ya están apostando por esta distribución de la jornada, es una idea que no ha parado de analizarse desde el lado empresarial, político y social, y con mayor motivo a raíz del estallido de la pandemia.
Las principales razones que estas empresas alegan para no
ver viable la implantación de la jornada son de diferente índole. Así, el 52%
de ellas dice no tener margen de productividad para amortizar una jornada a la
semana, otro 42% asegura no disponer de margen de beneficio para mantener el
nivel salarial con menor jornada, otro 38% además no puede cubrir la quinta
jornada con otros trabajadores a tiempo parcial, un 22% ve un hándicap
adicional el no disponer de procesos automatizados o automatizables para que
permitan amortizar esa reducción y, por último, un 7% de las respuestas señalan
que la jornada de 4 días no es sostenible por razones de seguridad y salud de
las personas trabajadoras.