En nuestra zona, los mayores niveles de concentración de polen se alcanzan en los meses de abril y fundamentalmente, mayo y junio, debido a la floración del olivo, entre otras especies.
El correcto seguimiento de la pauta farmacológica que se le haya prescrito a cada paciente, en función de su patología, es también fundamental para sobrellevar mejor estos meses con mayor índice de polen, afirma el Dr. Bravo y añade que “en la actualidad, los fármacos inhalados son más fáciles de aplicar y con menores efectos secundarios a nivel faríngeo, lo que resulta más cómodo para que el paciente cumpla con la prescripción que le haya indicado su médico”.
Algunas de las reacciones que puede presentar una persona alérgica al polen son estornudos e inflamación de la mucosa nasal con síntomas de congestión nasal y moqueo; lagrimeo, picor, hinchazón y enrojecimiento de los ojos; fatiga y cansancio, aumentada en ocasiones por el consumo de antihistamínicos; y dificultad para dormir. Igualmente, en algunas personas se puede llegar a desarrollar asma bronquial.
“Los casos de asma han aumentado porque también se han aumentado los casos diagnosticados, al generalizarse el uso de pruebas específicas como la espirometría o la medición de la fracción de óxido nítrico exhalado en la espiración, cuyos niveles elevados pueden indicar un signo de alarma o de falta de control de la enfermedad en pacientes con asma, al indicar estos niveles elevados un aumento de inflamación en las vías respiratorias”, ha indicado el Dr. Bravo.
Precisamente, el pasado 3 de mayo se conmemoraba el Día Mundial del Asma, cuyo lema este año ha sido “Eliminando barreras en la atención del Asma”. Para el Dr. Bravo, “es fundamental la concienciación del personal sanitario y la ciudadanía sobre la priorización del asma como una patología crónica frecuente y sus consecuencias a largo plazo. Es esencial transmitir el mensaje de que el asma no es una enfermedad aguda, aunque puede cursar con crisis, sino crónica. Es prioritaria la educación terapéutica de las personas afectas y su entorno para mejorar su calidad de vida y evitar situaciones de discriminación o limitaciones en sus actividades cotidianas, especialmente en la edad pediátrica. Desde el Hospital Alto Guadalquivir intentamos acercar la evidencia científica a la atención real de las personas con asma, de tal modo que podamos poner en marcha soluciones para mejorar su calidad de vida”.