Se trata de una mujer y un hombre de 61 y 22 años de edad, habitantes de las provincias de Cádiz y Jaén respectivamente. En los dos casos la exposición a altas temperaturas se produjo en la vía pública.
Desde el inicio de la temporada y hasta el 2 de agosto, según los últimos datos disponibles, se han registrado 897 urgencias por patologías relacionadas con el calor, de las que 598 se atendieron en atención primaria y 299 en atención hospitalaria. Se han registrado 18 casos de golpes de calor en la comunidad, todos requirieron ingreso hospitalario y de ellos 7 han fallecido.
Según el sistema de monitorización de la mortalidad diaria por todas las causas (MoMo), aplicación desarrollada en el marco del «Plan de acciones preventivas contra los efectos de las temperaturas excesivas», coordinado por el Ministerio de Sanidad y que realiza estimaciones de excesos de mortalidad por todas las causas y atribuibles a un exceso o defecto de la temperatura, las muertes observadas atribuibles a este efecto en España son 1783. En Andalucía, desde el inicio de la temporada, del total de fallecimientos comunicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) se estima que 141 son atribuibles al exceso de temperatura, lo que supone 31 muertes más que el año anterior en este mismo periodo.
El Protocolo Andaluz de Coordinación frente a los Efectos de las Temperaturas Excesivas sobre la Salud 2025 trata de reducir el impacto sobre la salud asociado al incremento de la temperatura estival y a posibles olas de calor, con especial atención a los colectivos más vulnerables. Así, la estrategia del protocolo se basa en la predicción de olas de calor a partir de la información facilitada por la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) y el establecimiento de niveles de alerta según el grado de riesgo por exceso de temperatura; la identificación de los grupos de población más vulnerables a los efectos del calor, y la coordinación con las distintas administraciones y entidades públicas y privadas competentes para identificar, seguir y atender a los grupos de riesgo, y para implementar medidas preventivas correspondientes en cada sector.
Las poblaciones dianas son las personas mayores de 65 años; los enfermos crónicos; las personas que toman un medicamento que pueda influir en la adaptación del organismo al calor como diuréticos, hipotensores, antidepresivos, neurolépticos, anticolinérgicos y tranquilizantes; los menores de cuatro años y los lactantes y personas con trastornos de la memoria, con dificultades en la adaptación al calor y que consumen alcohol y drogas.
Otras personas que se pueden ver especialmente afectadas por el calor son aquellas que viven solas, sin hogar, con condiciones económicas desfavorables, con exposición excesiva al calor por estancia en centros educativos, por razones laborales, como trabajo manual en el exterior o con elevado contacto con ambientes calurosos, o por practicar deportes de gran intensidad física o actividades de ocio especialmente entre las 14 y las 19 horas.
Recomendaciones a la población.
Para afrontar las altas temperaturas, Salud y Consumo recomienda evitar en la medida de lo posible la exposición directa al sol en las horas centrales del día; y si hay que salir, hacerlo con la máxima protección; usar ropa ligera, colores claros, sombrero, gafas de sol, crema solar; mantener un buen nivel de hidratación; tomar frutas y verduras, etc.
A las personas cuyo trabajo implica exposición al sol se recomienda moderar el esfuerzo físico en horas de más calor y se aconseja evitar la exposición directa al sol de bebés o menores de 6 meses.