El subdelegado del Gobierno, Juan Lillo, se dirige al público asistente. |
El subdelegado
del Gobierno, Juan Lillo, ha defendido hoy el contenido del Plan Hidrológico
del Guadalquivir por sus objetivos de atender la demanda de agua, proteger y mantener su buen estado y permitir
una gestión racional y sostenible de este recurso. Para el subdelegado, la mejor
política del agua tiene que conducir a la mejora de su calidad, la
racionalización de su empleo, el abaratamiento de su costo y la armonización de
su uso con el medio ambiente.
Juan Lillo,
que ha presidido hoy la presentación del proyecto de Plan Hidrológico del
Guadalquivir, en un acto celebrado en la Subdelegación del Gobierno, ha
lamentado el retraso de años con el que llega este plan, que debía haber estado
concluido en 2009 por mandato de la Unión Europea, pero que su redacción sólo
ha sido posible con el actual equipo de la Confederación Hidrográfica del
Guadalquivir, que en un tiempo record
logró la elaboración del proyecto del plan, que fue aprobado en 2013 por
el consejo de Ministros y que actualmente se encuentra ya en fase de
información pública.
En su
intervención, el representante del Gobierno ha mencionado como una de las
principales novedades del plan la puesta en marcha de medidas de ahorro y
eficiencia y su apuesta por la modernización en los consumos para riesgos
agrícolas, junto con la protección de la calidad del agua. En este capítulo se
ha referido a la obligatoriedad del establecimiento de depuradoras en todos los
puntos de vertido antes de finales de 2015, advirtiendo, sin embargo, del gran
atraso que lleva la provincia de Jaén en la instalación de estas plantas de
depuración de aguas residuales: 51 ayuntamientos sin estaciones depuradoras
(EDAR), otros 15 con plantas que no funcionan, además de 21 pedanías que
carecen de estos equipamientos y otras 3 que, aun teniéndolos, se encuentran
fuera de funcionamiento.
Más adelante,
Juan Lillo se ha referido a las medidas ecológicas que contempla el nuevo Plan
Hidrológico, como la implantación de caudales ecológicos y el establecimiento
del sistema único de cuenca, que permitirá ofrecer las mismas garantías a los
distintos usuarios, finalizando con la idea de que la explotación de la cuenca
no puede ser deficitaria, “por lo que tendremos que optimizar al máximo las
inversiones para que desemboquen en un equilibrio que permita tener unas
tarifas razonables para los distintos usos del agua”.
Al acto,
primero de un ciclo organizado por la CHG por las capitales y ciudades
andaluzas para informar y debatir sobre el proyecto del plan, han asistido
numerosos representantes de colectivos y usuarios del agua, como comunidades de
regantes, consumidores, industriales, organizaciones agrarias y
administraciones públicas. No obstante, el subdelegado del Gobierno ha hecho
notar la ausencia de responsables de la Junta de Andalucía en un encuentro tan importante para debatir
sobre el contenido de un programa que afecta a más de 4 millones de andaluces y
que va a suponer la realización de inversiones superiores a los 4.000 millones
de euros en la cuenca del Guadalquivir en los próximos 12 años.