Pepe Galván, Secretario General de la Unión de Autónomos, ha mostrado su alegría por la ampliación del plazo, pero ha expresado su indignación con la Junta de Andalucía “por no abrir el abanico tal como nos había garantizado”.
El pasado jueves, la Consejería de Empleo, Formación y Trabajo Autónomo publicó en BOJA una disposición en la que se cambiaba el mencionado Decreto, pero sólo se ha alterado la fecha de finalización del plazo para solicitar las ayudas, que se extiende hasta el 30 de julio. “Habría sido la ocasión para cumplir la promesa realizada a tantas y tantos trabajadores autónomos que han quedado al margen, pero, una vez más, han faltado a su palabra”.
Incide Galván en que “la propia exposición de motivos de esta modificación reconoce que hay disponibilidad presupuestaria, por lo que no entendemos este gran olvido por parte de la Junta, que se suma a los fallos, olvidos e incumplimientos en que han incurrido durante la pandemia”.
De esta forma, afirma el Secretario General de la Unión de Autónomos de Andalucía, “quedan excluidos sectores como los montadores de carpas, compañeros por los que la Unión de Autónomos viene batallando para que puedan acceder a las ayudas autonómicas y que tenían puestas en este decreto todas sus esperanzas; juguetería, diversos grupos de feriantes, carpintería, artistas y otros creadores o muchos relacionados con la artesanía”.
“Se podría haber aprovechado para aplicar mayor transparencia y claridad en el texto del decreto, que es farragoso, poco claro y establece fases que entorpecen la petición de ayudas, como la calificación o evaluación previa por parte de la Agencia Tributaria”, continúa Galván, para quien la Junta podría haber entendido que estas ayudas no llegan a los que han pagado religiosamente sus facturas por la fórmula que se ha establecido al respecto de lo que son los gastos subvencionables y porque no se ha tenido en cuenta la autofinanciación a las que muchos pequeños negocios han tenido que hacer frente”.
Por tanto, “no es cierto que la Junta tenga la finalidad de apoyar al mayor número posible de empresas, como recoge frívolamente la norma, sino más bien es un ejemplo más de la política de escaparate, de marketing al servicio de los de siempre que ha caracterizado al Gobierno de Moreno Bonilla”.