La madrugada del próximo domingo, 30 de octubre, termina el
horario de verano que comenzó el pasado mes de marzo. La finalización se
materializa con el retraso de los relojes una hora, de forma que a las 03.00
horas volverán a marcar las 02.00 horas. De esta manera, se da obligado
cumplimiento a la directiva europea 2000/84/CE que afecta, sin excepción, a
todos los Estados miembro de la Unión Europea.
Ahorro energético.
La Comisión de Industria, Investigación y Energía del Parlamento Europeo publicó en 2018 un informe que señala que, aunque los cambios estacionales de hora pueden producir ahorros, estos son marginales, y que no hay certeza de que los beneficios se obtengan en todos los Estados miembro.
El informe también indica que, aunque puede haber ahorros de
energía en iluminación, no es tan evidente que ocurra lo mismo con la
calefacción, que podría incluso aumentar su consumo. Además, los resultados son
difíciles de interpretar ya que están fuertemente influenciados por factores
externos tales como la meteorología o el comportamiento de los usuarios.
En España no existen informes actualizados que permitan
asegurar que el cambio de hora lleve asociados ahorros energéticos. Además, las
nuevas exigencias de eficiencia energética en iluminación, en los sistemas de
climatización y en los propios edificios, así como la progresiva introducción
del autoconsumo, alteran significativamente los análisis que originalmente se
utilizaban para calcular estos datos.