La campaña, iniciada el pasado lunes 15 de diciembre, tiene como objeto intensificar los controles en vías de la provincia para detectar conductas infractoras relacionadas con el consumo de alcohol y drogas en la conducción, especialmente en aquellos servicios considerados de especial sensibilidad, como el transporte de menores.
El conductor fue sometido a las pruebas reglamentarias de alcoholemia, arrojando un resultado positivo al superar la tasa máxima permitida para conductores profesionales, establecida en 0,15 mg/l en aire espirado.
Posteriormente, se le practicó la prueba de detección de drogas, resultando positiva en el test indiciario, pendiente de confirmación mediante el correspondiente análisis en el laboratorio de referencia.
Como consecuencia de estos hechos, el autobús escolar fue inmovilizado hasta que otro conductor debidamente habilitado pudo hacerse cargo del servicio, garantizando en todo momento la seguridad de los menores.
De forma paralela, el vehículo fue sometido a una inspección administrativa, detectándose diversas infracciones, entre ellas la falta de autorización para realizar el transporte regular de uso especial (escolares), no acreditar el seguro obligatorio específico para transporte escolar y deficiencias en el funcionamiento de algunos cinturones de seguridad. Por estos hechos, se procedió a su denuncia administrativa ante la autoridad competente.
El conductor se enfrenta a una sanción administrativa de 500 euros y la detracción de 4 puntos del permiso de conducción por superar la tasa de alcohol permitida, así como a una sanción de 1.000 euros y la detracción de 6 puntos por circular con presencia de drogas en el organismo, una vez confirmados los resultados del análisis de laboratorio.
La Guardia Civil recuerda que la conducción bajo los efectos del alcohol y las drogas supone un grave riesgo para la seguridad vial, especialmente cuando se trata del transporte de menores, y reafirma su compromiso con la vigilancia y el control para prevenir este tipo de conductas.
