Una imagen del municipio de Lopera. Foto: Antonio Marín. |
Según datos oficiales más de 100.000 parejas se dan el "no quiero" en
España cada año. La custodia de los hijos en caso de separación recae
mayoritariamente en las madres, en un 65%. La custodia compartida se
lleva a cabo en el 30% de las separaciones y tan solo en un 4,4% es
asumida por los padres
A lo largo del pasado año más de 100.000
parejas decidieron separarse e interrumpir su convivencia en España, lo
que supone un uno por ciento más de rupturas que las registradas en el
año anterior. De estas rupturas, 97.960 fueron divorcios, con un aumento del 1,2%; 4.280 separaciones, que descendieron un 1,7%; y 100 nulidades,
con una caída del 14,5%, según la Estadística de Nulidades,
Separaciones y Divorcios correspondiente a 2017 y difundida hoy por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Las cifras que maneja Altozano Pintado, abogados expertos en divorcio en Málaga, reflejan que en España 2 de cada mil habitantes se terminan separando y el tiempo medio que permanecen juntas las parejas es de 16,6 años,
con algunas diferencias importantes, que van desde los 6,5 años que
pasan juntos de media las parejas que se disuelven por nulidad, los 16
de las que se divorcian y los 22 años de las que se terminan separando.
Sin embargo los problemas vienen cuando la pareja tiene hijos en
común. Según Altozano Pintado, esta es la mayor preocupación de las
parejas que terminan separándose en nuestro país, por lo que desde este
experto despacho de abogados en Málaga, ofrecen métodos de actuación:
"Cuando los padres se separan pierden muchas cosas importantes en la
vida pero por encima de todo quienes pierden de verdad son los niños. Su
estabilidad familiar tal y como la habían conocido hasta ese momento,
cambia y esto siempre trae consecuencias. Lo importante es que ambos
progenitores tengan una causa común por encima de todas las discusiones:
que los niños sigan creciendo felices" — aseguran desde Altozano Pintado.
Cuando una pareja decide separarse hay que tener en cuenta dos aspectos fundamentales. La parte legal del proceso y la parte psicológica.
La parte legal de la ruptura de una pareja.
Lo más importante según Altozano Pintado es explicar la diferencia entre separación y divorcio, jurídicamente diferentes. Tal y como explican desde este despacho, la diferencia entre ambos se encuentra en los efectos: mientras que la separación no extingue el vínculo matrimonial el divorcio, sí.
Una persona separada judicialmente no podrá contraer matrimonio de
nuevo, en cambio una persona divorciada sí. Además, si dos personas
separadas se reconcilian no precisarán contraer de nuevo matrimonio (ya
que el vínculo matrimonial no fue extinguido). Esto es algo a tener en
cuenta a la hora de tomar una decisión.
En esta parte legal es fundamental contactar con un buen profesional
que asesore a la pareja sobre todos los puntos cruciales, como por
ejemplo el asunto de la custodia (donde hay mucha confusión) y el asunto
de la pensión (acordada una vez establecida la custodia).
La parte psicológica de una ruptura.
Esta es la parte más delicada, según indica Altozano Pintado basándose
en sus años de experiencia. En caso de separación siendo los niños
menores de seis años, ¿qué explicaciones dar? Psicólogos profesionales
explican que "cuando una pareja se rompe, los cambios para toda la
familia son evidentes. En estos casos, es esencial tener presente que la
pareja se ha roto, pero que ello no debe implicar que también se rompa
la familia. La familia se transforma pero no tiene porqué
desestructurarse ni, mucho menos, desaparecer". Este mensaje es el que
habría que transmitir a los niños, es decir "sus padres ya no son
pareja, pero ellos, como hijos, van a conservar su familia y, con ella,
la protección, el cuidado y el amor que ella le ofrece".