Botellas de aceite de oliva. Foto: ASAJA. |
La situación límite que atraviesa el sector del aceite de oliva no puede
prolongarse más, ya que los daños pueden hundir a un sector que es clave para
la economía de muchos pueblos y regiones. ASAJA, COAG, UPA y Cooperativas
Agro-alimentarias de España reclaman al ministro de Agricultura, Luis Planas,
que el sector oleícola disponga de mecanismos de adecuación de oferta y demanda
que puedan implementarse de forma inmediata y con carácter obligatorio, para
garantizar un mayor equilibrio entre los distintos eslabones que componen la
cadena y su viabilidad económica.
Para ello, el sector ha solicitado al ministro de
Agricultura, Luis Planas, su apoyo para que el sector del aceite de oliva se
incorpore en el artículo 167 del Reglamento de la OCM única, actualmente solo
de aplicación para el sector del vino, que permita la adopción de una norma de
comercialización de carácter obligatorio para todos los operadores del sector
para adecuar oferta y demanda mediante actuaciones de retirada y/o
almacenamiento de producto.
El sector olivarero afronta una de las mayores crisis de su
historia, con niveles de precios en origen totalmente insuficientes para
garantizar la rentabilidad y la supervivencia de la gran mayoría de
explotaciones olivareras de nuestro país. La situación es límite y no puede
prolongarse más, ya que los daños que se pueden generar a todos los niveles de
la cadena alimentaria pueden hundir a un sector que es clave para la economía de
muchos pueblos y regiones.
Esta dramática situación, que se arrastra ya desde hace demasiados meses, se ha visto agudizada tras la imposición por parte de EE.UU., el pasado 18 de octubre, de unos aranceles adicionales del 25% a las exportaciones de aceite de oliva envasado de origen español, decisión a todas luces injusta tal y como ha manifestado el sector en innumerables ocasiones, teniendo en cuenta que deriva de un conflicto entre dos empresas del sector aeronáutico que poco tienen que ver con el agroalimentario. Además, la pandemia de COVID-19 está incidiendo negativamente en los flujos comerciales a nivel internacional, lo que provoca un estado de total incertidumbre.
Esta dramática situación, que se arrastra ya desde hace demasiados meses, se ha visto agudizada tras la imposición por parte de EE.UU., el pasado 18 de octubre, de unos aranceles adicionales del 25% a las exportaciones de aceite de oliva envasado de origen español, decisión a todas luces injusta tal y como ha manifestado el sector en innumerables ocasiones, teniendo en cuenta que deriva de un conflicto entre dos empresas del sector aeronáutico que poco tienen que ver con el agroalimentario. Además, la pandemia de COVID-19 está incidiendo negativamente en los flujos comerciales a nivel internacional, lo que provoca un estado de total incertidumbre.