Consumo señala que se han registrado diversas denuncias relacionadas con la falta de entrega de productos adquiridos en internet, entre otros. Por esta razón, una de las principales recomendaciones es asegurarse de que la web donde se compran los productos es segura (que empiece por https y con un icono de candado en la barra de navegación).
Debe acudirse a sitios de confianza, y desconfiar de aquellas webs que no se conozcan. Por ejemplo, la presencia de muchas faltas de ortografía en una página es una pista indicativa de que puede tratarse de una web falsa. Igualmente, una web que no tenga apartado de política de devoluciones o en la que no conste correo electrónico, número de teléfono o domicilio físico debe hacer también sospechar de que se trata de una página fraudulenta.
Otro paso fundamental es asegurarse de que la página admite métodos de pago de confianza (tarjeta, wallet u otros sistemas como PayPal), y que no obligue a realizar el pago por métodos inusuales, como un cheque o una transferencia bancaria. A esto se debe negar cualquier persona consumidora.
También hay que desconfiar cuando la tienda ‘online’ solicite, como método de pago, transferencias anónimas a través de, por ejemplo, plataformas de envío de dinero como Western Union o Money Gram, transferencias al extranjero o pagos de manera externa a la propia plataforma donde se está operando.
Se aconseja comprobar que dicha web tenga seguidores en las redes sociales: que exista interacción con la clientela o una comunidad activa son indicadores de confianza. También se pueden buscar valoraciones de clientes acerca de dichas páginas.
Hay que asegurarse de utilizar conexiones seguras y, por ello, desconfiar de las Wi-Fi públicas, especialmente si se va a tratar con datos personales o accesos de entidades bancarias, etc. Nunca se proporcionarán datos personales si no existe seguridad de quién es el destinatario o destinataria, y por supuesto, nunca se deben compartir las contraseñas.
Todas estas recomendaciones deben complementarse con un ejercicio proactivo por parte de la persona usuaria para mantener debidamente actualizados tanto sus dispositivos digitales como las aplicaciones.
La información es esencial, y por ello es importante acudir a plataformas como Consumo Responde y estar al tanto de los consejos y avisos en materia de ciberseguridad que proporcionan entidades como el Incibe, la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) o la Policía Nacional y la Guardia Civil.