Las altas temperaturas son difíciles de soportar, sobre todo en las horas centrales del día. Evita que el calor excesivo sea un problema adoptando unas precauciones básicas, no por sabidas menos importantes.
1. Atento a los grupos de riesgo. Los bebés y los niños
pequeños, las personas mayores o los enfermos crónicos requieren una
especial atención cuando hace calor.
2. La hidratación es fundamental. Bebe agua y líquidos a menudo. No
abuses de las bebidas con cafeína, ni de los refrescos azucarados. Evita
el alcohol, que favorece la deshidratación.
3. Vigila tus comidas. Aliméntate bien. Evita las grandes comilonas y
elige platos ligeros que también contribuyan a mantenerte hidratado.
Ensaladas, fruta, sopas frías como el gazpacho, deben ocupar un lugar
preminente en tus menús veraniegos.
4. Protégete del sol. Usa crema solar, y repite la aplicación varias
veces al día. Con los niños extrema las precauciones, con un factor de
protección elevado, evitando que estén al sol desprotegidos durante
mucho tiempo… En la playa, la piscina o el parque, asegúrate de usar el
protector solar.
5. Mejor a la sombra. Procura permanecer en lugares frescos, a la
sombra o climatizados, evita exponerte a los rigores caniculares cuando
no sea necesario. Recuerda que cuando hace mucho calor hay que reducir
la actividad física y evitar realizar deportes al aire libre en las
horas centrales del día.
6. Vestido frente al calor. Usa ropa ligera, holgada, de tejidos
transpirables. Elige calzado cómodo, que deje “respirar” a tus pies y
que no te haga daño.