Hay que recordar que las gafas de sol no son únicamente un complemento o adorno estético, se consideran Equipos de Protección Personal (EPP), ya que sus lentes protegen de los daños causados por la radiación ultravioleta. Por ello, hay que atender también al uso que se vaya a dar a las gafas antes de su adquisición, pues no todos los filtros sirven para todas las situaciones. Además, un cristal oscuro no es sinónimo de protección ocular.
En la patilla de las gafas de sol deben figurar la marca y el modelo exacto de las mismas, y podemos conocer la categoría del filtro introduciendo el modelo en un buscador online o en la web de la marca. En el etiquetado, debe detallarse, entre otros: el tipo de filtro (polarizado, fotométrico o degradado) y la categoría de filtro indicadora del nivel de protección frente al deslumbramiento. Hay un total de cinco categorías para las gafas de sol, desde la categoría 0 hasta la 4.
Las incluidas en la categoría 0 están pensadas para situaciones de luminosidad solar muy baja, siendo gafas de uso estético o de confort para espacios interiores o semicubiertos, días nublados o con poca luz. La categoría 1 es para situaciones de luminosidad baja, siendo idóneas para uso urbano con luz no muy intensa. La categoría 2 incluye las gafas con lentes preparadas para situaciones de media luminosidad, adecuadas para uso urbano con día soleado o para hacer deporte como running o ciclismo. La categoría 3 se corresponde con una alta protección frente al deslumbramiento, se trata de gafas preparadas para situaciones de fuerte luminosidad, recomendables para su uso en la playa o la montaña. Por último, las gafas de sol de categoría 4 presentan muy alta protección frente al deslumbramiento, estando pensadas para situaciones de muy fuerte luminosidad, lo que las hace recomendables para la práctica de deportes de alta montaña como el esquí y deportes acuáticos. Las gafas de esta categoría no están permitidas para la conducción de vehículos.
Igualmente, acompañando a las gafas de sol deben venir instrucciones de mantenimiento y conservación, así como unas indicaciones de las posibles restricciones de uso. Por ejemplo, que no son aptas para la observación solar directa; para la protección frente a fuentes de luz artificial, como las cabinas de ultravioleta en solarium; que no son adecuadas para la conducción de vehículos, en el caso de las gafas de sol de categoría 4; así como que no son aptas para la conducción nocturna o en crepúsculo o en condiciones de poca luz.