Una imagen de la calle Vicente Rey en Lopera. |
La Consejería de Salud
ha activado este mes de junio el Plan andaluz de prevención de los
efectos de las temperaturas excesivas sobre la salud, dirigido
especialmente a la población más vulnerable, como son las personas
mayores, pacientes crónicos, personas con trastorno mental grave,
menores de 4 años (especialmente lactantes) y personas que trabajan
expuestas al sol. Asimismo, y según los casos registrados en los últimos
veranos, se busca concienciar también a personas que practican deporte
en las horas más calurosas del día. El objetivo de este programa de
actuación es minimizar las consecuencias de salud que el calor pueda
tener sobre la población, sobre todo, los colectivos más vulnerables.
Este plan de prevención se basa en la vigilancia, control y
seguimiento de la población de riesgo, con la identificación de las
personas más vulnerables a las altas temperaturas y con la coordinación
efectiva entre las diversas instituciones y organismos implicados
(servicios sociales, centros sanitarios, residencias, organizaciones de
voluntariado, 112, etc.).
Así, desde los centros de atención primaria se ofrece
información a la población general y se trabaja en la identificación de
los pacientes de riesgo para su inclusión en el plan de seguimiento
telefónico que realiza Salud Responde. Además, se intensifican las
visitas domiciliarias para monitorizar los signos y síntomas
relacionados con el calor y proporcionar consejos para evitar y
controlar los efectos del aumento de las temperaturas. Estas visitas y
el seguimiento de telecontinuidad se realizan también a pacientes tras
su alta en los centros hospitalarios.
Las personas identificadas como población de riesgo son, en
su mayoría, mayores de 65 años, pacientes frágiles que viven solos, cuyo
estado de salud está debilitado por padecer alguna patología crónica de
alta morbilidad (insuficiencia cardiaca, enfermedad pulmonar
obstructiva crónica, demencia, trastorno mental grave, insuficiencia
renal, obesidad excesiva, hipertensión arterial o diabetes mellitus) o
que tomen un medicamento que pueda influir en la adaptación del
organismo al calor (psicotropos, antidepresivos, hipotensores y
diuréticos), a lo que se suma en muchos casos que estas personas no
disponen de condiciones de habitabilidad adecuadas en sus viviendas para
protegerse del calor.
Su seguimiento permite identificar las situaciones y
problemas del paciente e interconectar a las enfermeras gestoras de
casos, enfermeras de familia y profesionales de Salud Responde, así como
poner en marcha los mecanismos de control y actuación necesarios para
minimizar los efectos de las altas temperaturas.
Hasta el momento, se han identificado a 4.089 personas en
situación de vulnerabilidad, cifra que el año pasado al final del verano
alcanzó las 10.021 personas. Salud Responde realizó el seguimiento de
estas personas con un total de 8.006 llamadas. Asimismo, entre junio y
septiembre de 2016 se incluyeron a 4.999 personas en el programa de
seguimiento domiciliario y telecontinuidad que se hace cuando un
paciente frágil es dado de alta en un centro hospitalario andaluz. La
edad media de estos pacientes fue de 72 años y de los que el 46% eran
mujeres y el 54% hombres.
Igualmente, también se remiten instrucciones y
recomendaciones a profesionales de los centros residenciales
dependientes de la Consejería de Igualdad y Políticas Sociales, que
reciben información sobre el uso y conservación de medicamentos, medidas
preventivas y protocolos de actuación ante la aparición de
sintomatología relacionada con el calor
Asimismo, casi 204.000 usuarios del Servicio de
Teleasistencia de la Junta de Andalucía tendrán acceso a la información y
recomendaciones sobre el calor. El pasado verano, desde este servicio
se realizaron 143.915 llamadas de control y seguimiento de los usuarios.