Se trata de una contratación de carácter urgente para garantizar la cobertura del servicio de comedor en aquellos centros donde han quedado desiertas las últimas licitaciones realizadas, entre ellos 56 comedores que fueron abandonados por sus empresas adjudicatarias a principios del curso escolar actual. A esta licitación podrá concurrir cualquier entidad que cumpla los criterios de solvencia y de habilitación empresarial.
Para favorecer la concurrencia, entre otras novedades introducidas en los pliegos se ha ampliado el plazo de ejecución del contrato hasta cuatro años, con posibilidad de un año más de prórroga. Tal como se viene realizando desde el año pasado, no se prorrogarán aquellos contratos que tengan expedientes de penalización. Asimismo, la licitación no se ha fraccionado por lotes, de forma que las empresas interesadas deberán presentar oferta por la totalidad de los centros incluidos en la licitación, evitando así que queden desiertos aquellos comedores que puedan ser de menor interés para los operadores.
La contratación está conformada por 147 centros, 123 de ellos en la modalidad de cocina central y 24 de cocina in situ. A estos últimos se sumarán el curso próximo otros 22 comedores que cambiarán a este sistema adaptando sus espacios para hacer posible el cocinado diario de los menús en los propios centros, en una apuesta decidida de la Consejería de Educación y Deporte por mejorar la calidad del servicio y la satisfacción de las familias.
Igualmente, la Consejería de Educación y Deporte proporcionará además del almuerzo, el desayuno y la merienda, de tal forma que se garanticen tres comidas diarias al alumnado en riesgo de exclusión social beneficiario del Programa de Refuerzo en Alimentación Infantil.
Menús saludables.
Los menús son supervisados cada mes y se ajustan a las recomendaciones de la Consejería de Salud y Familias y del Ministerio de Sanidad en cuanto a los estándares de calidad y alimentación saludable. Los pliegos de condiciones de los contratos exigen la presencia diaria de verdura y fruta fresca; el uso de aceite de oliva virgen extra; una mayor proporción de pescado que de carnes; la limitación de alimentos precocinados y fritos, y la preferencia por la dieta mediterránea y los productos ecológicos.
Asimismo, se ha puesto en marcha un programa de seguimiento y rechazo de menús con objeto de identificar qué platos no son aceptados por el alumnado e intentar detectar las causas (temperatura, presentación, textura, receta…) para poder implantar medidas correctoras. Con ello se pretende garantizar una alimentación completa y equilibrada al alumnado modificando las elaboraciones con mayor porcentaje de rechazo (respetando, en todo caso, los criterios nutricionales establecidos en los pliegos) y reducir los residuos generados en el comedor.
Los comedores escolares se generalizaron a partir del año 2002 con el desarrollo de los planes de apoyo a las familias andaluzas y de ampliación de horarios de centros docentes. El servicio se presta en dos modalidades: la gestión directa por parte de la Consejería de Educación y Deporte y la concesión o contratación a empresas del sector, mediante concursos públicos, a través de la Agencia Pública Andaluza de Educación.