El sector olivarero vuelve a salir a la calle. Foto: Pixabay. |
El sector olivarero vuelve a salir a la calle. Los responsables de
Asaja, COAG y UPA, así como de Cooperativas Agro-alimentarias y de
Infaoliva se han reunido esta mañana para planificar el que será segundo
calendario de movilizaciones. Y han acordado dar un paso más para hacer
acciones más contundentes. La primera de ellas será el próximo día 30
de enero, y el objetivo es paralizar la provincia de Jaén echándonos a
las principales vías de comunicación, eso sí, intentando causar el menor
perjuicio a los ciudadanos.
La crisis de bajos precios en origen del aceite de oliva y la falta
de medidas que permitan revertir esta situación, han hecho que las tres
organizaciones agrarias, las cooperativas y los industriales vuelvan a
convocar nuevas acciones de protesta en la calle. De ahí que el sector
olivarero haga un llamamiento a la masiva participación de las
movilizaciones previstas para el día 30, porque ahora más que nunca
necesitamos el apoyo de toda la sociedad. Recuerdan que el precio del
aceite comenzó a caer desde marzo del año 2018, tras una situación de
lluvias inusuales y que, desde entonces, no ha remontado. Los márgenes
de rentabilidad están muy comprometidos ya que, según diferentes
informes de organismos nacionales e internacionales, por debajo de los
2,70 euros no es rentable el cultivo, especialmente el olivar
tradicional, mayoritario en nuestra provincia.
El sector olivarero unido quiere poner freno a esta tendencia a la
baja de los precios del aceite de oliva y que las administraciones
pongan en marcha, de una vez por todas, los mecanismos legales que se
encuentran a su alcance para que conseguir una estabilidad en los
mercados. Entre ellos, la actualización de los precios de
desencadenamiento del almacenamiento privado (o la aplicación del
supuesto de “graves perturbaciones del mercado”); la puesta en marcha de
la extensión de norma a través de la Interprofesional del Aceite de
Oliva, en la que está todo el sector, una eficaz medida de
autorregulación que supondría una revolución al hacer obligatoria la
retirada de aceite de oliva en campañas excedentarias a favor de
campañas deficitarias; la lucha y prohibición de la venta a pérdidas; y
la adecuación de la Ley de la Cadena Alimentaria, entre otras medidas.