La reforma se integra en la estrategia del Gobierno de impulsar un nuevo modelo de seguridad vial, en línea con la Unión Europea, que reduzca en un 50% el número de personas fallecidas y heridas graves en la próxima década y avanzar hacia una cifra próxima a cero en el año 2050.
Montero ha resaltado que una de las principales modificaciones de la norma es que distingue dos tipos de infracciones en el caso de utilización de los teléfonos móviles. Si se sujeta con la mano mientras se conduce, la sanción es la pérdida de seis puntos. Si se utiliza, sin sujetarlo con la mano, se perderán tres puntos. Además, el conductor perderá cuatro puntos, en vez de tres, si no utiliza correctamente el cinturón de seguridad, los sistemas de retención infantil, el casco u otros elementos protección.
Otras medidas implican que se unifica en un plazo de dos años el tiempo que tiene que transcurrir sin cometer infracciones para recuperar el saldo inicial de 12 puntos. Se establece la prohibición de rebasar en 20 kilómetros por hora el límite de velocidad al adelantar. La posesión de un dispositivo de detección de radares será motivo de infracción y de pérdida de tres puntos, aunque no se esté utilizando.
Por otra parte, se promueve la participación de los conductores en cursos de conducción segura, que será recompensada con la recuperación de entre dos y quince puntos.